Las pecas son más habituales en aquellas personas de piel blanca, clara y cabello rubio o pelirrojo, conocidas como personas pecosas. Sin duda, las pecas son un claro síntoma de que la piel de una persona es más sensible al sol y que, por lo tanto, debe extremar los cuidados. Pero también hay otros factores que pueden influir en su aparición y predisponernos a su desarrollo. Así, podemos citar los siguientes:
- Las sesiones de rayos UVA.
- Cambios hormonales.
- Causas genéticas.
Estas lesiones benignas (generalmente) de la piel suelen ir apareciendo con el tiempo y es posible apreciarlas en niños a partir del año o dos años de edad cuando comienzan a exponerse al sol mediante paseos o con motivo de los juegos al aire libre sobre todo si tienen la piel blanca y clara. Las pecas tienen la particularidad de acentuarse en verano y tender a desaparecer en el invierno. Aunque con el paso de los años y ya en la edad adulta se convierten en persistentes y se denominan lentigos. Por cierto, ya te adelantamos que la mayoría de las pecas son lesiones benignas y únicamente en ocasiones muy raras se malignizan.