Nuestra investigación descubrió que la mayoría de las personas no están experimentando tanto contacto físico como les gustaría. Cuando se les preguntó en concreto sobre el tipo y la frecuencia de contacto físico que experimentaban, el 64 % de los encuestados indicó que el contacto no es algo que ocurra a diario en sus vidas y un 72 % expresó su deseo de recibir más abrazos. Casi uno de cada cinco encuestados no había experimentado ningún contacto físico el día anterior a la entrevista. Además, las personas no solo se sienten insatisfechas con el nivel de contacto en su vida personal, sino que la mitad de los encuestados considera que el nivel de contacto físico en la sociedad ha descendido en los últimos años. Todos estos resultados apuntan a una tendencia creciente de lo que los expertos denominan «hambre de contacto» o privación de contacto, para lo que algunos grupos son más vulnerables que otros.
Conforme a los datos, las personas que viven en el hemisferio norte suelen carecer más de contacto físico que sus homólogos del hemisferio sur. Aunque el 17 % de los encuestados en general indicó que no había experimentado ningún contacto el día anterior a la entrevista, esta cifra fue más elevada en lugares como Reino Unido (29 %), Alemania (28 %) y Francia (21 %). Por otro lado, resultó más baja en lugares como Brasil (12 %) y la India (10 %). Sorprendentemente, aquellos países que experimentan un mayor contacto son también los que parecen desear que este aumente. Aunque el 72 % de los encuestados en general indicó que deseaba más abrazos, la necesidad del 82 % de los encuestados de la India y el 81 % de los del Brasil era aún mayor, en comparación con el 63 % de los alemanes y el 64 % de los británicos. «Los datos señalan que las personas que viven en culturas más propensas al contacto físico, como la de Sudamérica, tienen más probabilidades de reconocer el valor del contacto y de buscar más contacto en su vida diaria», afirmó la Dra. Natascha Haehling von Lanzenauer, investigadora de Happy Thinking People, un instituto de investigación independiente que llevó a cabo debates de grupos de discusión antes de la encuesta cuantitativa.
Además de las diferencias culturales, los datos también pusieron de manifiesto las diferencias en las experiencias de contacto entre los grupos de edad. Así pues, no es de extrañar que los millennials de 20 a 35 años y los que tienen hijos en sus hogares —sin importar el género— sean los que más contacto físico experimenten, según los diarios de contacto. En total, el 69 % declaró que el contacto con otras personas es una parte común y natural de su vida diaria y que recibe diferentes formas de contacto de una gran variedad de personas diferentes. Además, resultaba mucho más probable que esas personas hubieran abrazado a alguien o le hubieran cogido la mano el día anterior a la entrevista. Este grupo de edad y aquellos que son padres disfrutan de contacto físico a diario y de forma frecuente, tanto con las formas tradicionales de contacto físico, como abrazos, cogerse de la mano o abrazarse, como mediante las formas de contacto a través de Internet, como hablar con alguien por videoconferencia. Sin embargo, no ocurre lo mismo con todos los grupos de edad.