Derrick, la soledad ha acaparado la atención de los medios de comunicación y de las sociedades de todo el mundo desde hace un par de años; algunos incluso la denominan «pandemia» y el Reino Unido ya ha creado un Ministerio de la Soledad. A partir de los hallazgos de su estudio, ¿cómo definiría la soledad? ¿Qué ha pasado en nuestro mundo para que parezca estar aumentando?
Antes de profundizar en la definición de la soledad, debemos hablar de por qué este tema es importante, en especial en este momento. Las investigaciones han demostrado que las personas que disfrutan de relaciones satisfactorias con la familia, los amigos y la comunidad son más felices, tienen menos problemas de salud, presentan una mejor función cognitiva, padecen menos depresión y viven más tiempo. Del mismo modo, el contacto humano y las muestras físicas de cariño también han demostrado ser importantes para la conexión y los vínculos sociales, así como para el bienestar psicológico. Sin embargo, la carencia de relaciones más profundas con conexiones afectivas puede traducirse en problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión, el trastorno de adaptación, el estrés crónico, el insomnio e incluso el deterioro cognitivo en etapas posteriores de la vida.
En nuestra investigación pusimos a prueba varias definiciones de la soledad y descubrimos que definir la soledad en términos de relaciones es fundamental. Definimos la soledad como la ausencia de relaciones de confianza y de calidad. Las relaciones que se consideran valiosas, de confianza y deseadas y que nacen de conexiones son importantes para nosotros como seres humanos y, por lo tanto, cuando existe una carencia de este tipo de relaciones, nos sentimos solos. El estudio determinó que una de cada cinco personas de la muestra global se siente sola de forma habitual.
Las entrevistas cualitativas pusieron de manifiesto que muchos piensan que «sentirse solo» equivale a la falta de apoyo emocional, a no tener a nadie con quien hablar o a la percepción de que nadie los entiende. En otras palabras, sentirse solo no tiene tanto que ver con estar físicamente solo, sino con la falta de un sistema de apoyo emocional o de relaciones valiosas y de calidad.
Aunque la soledad puede afectar a cualquiera en cualquier momento, ahora se nos presenta otra perspectiva a la hora de examinarla: la pandemia mundial de COVID-19 y las medidas de distanciamiento y aislamiento social. La gente de todo el mundo está adoptando medidas de distanciamiento físico, aislándose en casa, usando mascarillas y absteniéndose de abrazar o tocar a los demás. La pandemia también ha resaltado cómo los determinantes sociales de la salud y los factores sistémicos han puesto en peligro a las personas, las familias y las comunidades.