Consecuencias de la falta de sueño en la piel

Con independencia de las causas que pueden trastocar nuestro sueño, esta falta de descanso puede incrementar los riesgos de enfermedades como la obesidad y la diabetes, además de elevar la tensión arterial y nuestras posibilidades de sufrir un infarto.

Sin embargo, se esconde mucho más tras la ausencia de un adecuado descanso nocturno. Así, las repercusiones pueden ser ciertamente insospechadas:

• Mayor vulnerabilidad a padecer trastornos como la ansiedad o la depresión
• Problemas de memoria y concentración
• Disminución de la líbido sexual
• Mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Es probable que no acabes de entender muy bien la vinculación de este último problema con la falta de descanso. Te lo explicamos enseguida pues conviene que sepas que la melatonina, que es la hormona encargada de regular los ciclos de sueño, impide el crecimiento de las células responsables del desarrollo del cáncer de mama, por lo que, si no dormimos lo suficiente, tendremos problemas para fabricar esta beneficiosa hormona.

Por supuesto, la piel no es ajena a estos vaivenes como corrobora un estudio realizado por la institución UH Case Medical Center en Estados Unidos. Según este documento, un sueño de mala calidad acelera el envejecimiento, ya que afecta a la capacidad de regeneración nocturna. En el caso de la epidermis, ésta no solo acaba presentando un aspecto apagado, sino que los signos de la edad pueden aparecer de forma prematura.

Porque es durante las horas de sueño nocturno cuando los procesos de regeneración de nuestras células están al máximo nivel. Por eso tampoco es conveniente cenar tarde, ya que nuestro organismo deberá dedicarse a los procesos digestivos y no podrá realizar su trabajo regenerador con la misma intensidad.

Pero hay muchos más efectos de la falta de sueño sobre la piel. Los vemos de forma resumida:

• Empeora los problemas dermatológicos ya existentes en la piel dado que aumenta la respuesta inflamatoria. Así, somos más vulnerables a los brotes de acné, los episodios de dermatitis o que simplemente que nuestra piel se muestre más sensible.
• Las hormonas del crecimiento aumentan durante las horas del sueño profundo. Esto permite que las células dañadas durante el día se reparen por la noche, evitando que éstas se acumulen y den lugar a las arrugas y otros efectos propios del envejecimiento. Por tanto, si no descansamos adecuadamente es difícil que estas hormonas puedan realizar esta función reparadora tan necesaria. Las hormonas del crecimiento también son la causa de que los niños que se acuestan temprano y duermen más horas durante la noche crezcan más.
• Ocasiona la degradación del ácido hialurónico y el colágeno, que son fundamentales en dotar de firmeza y elasticidad a la piel.

Sin duda, el descanso nocturno es un momento propicio para el cuidado de la piel que no debes desaprovechar. Además, durante el sueño, los poros de nuestra piel se abren para respirar, por lo que los tratamientos nocturnos tienen mayor eficacia en esos momentos.

Por este motivo, te proponemos que además de dormir las horas adecuadas, no te vayas a la cama sin aplicarte un producto que apoye este periodo de regeneración y reparación. Puedes optar por alguna de nuestras cremas de noche, que trabajarán en armonía con la biología de tu piel ofreciéndole los nutrientes necesarios cuando está más receptiva. Si además refuerzas este tratamiento nocturno con alguno de nuestros sérum de cuidado facial antes de aplicarte la crema de noche, el efecto conjunto de ambos productos te ayudará a sacarle el máximo partido posible a estas horas de descanso.

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