esponja konjac

Qué es una esponja konjac y por qué es buena para tu piel

La esponja konjac es una esponja de fibra natural elaborada con la raíz molida y cocida de la planta asiática konjac: 100% vegana y reciclable. Un producto clave en el ritual de cuidado de las mujeres de Japón o Corea desde hace siglos que hemos incorporado recientemente en Europa en nuestras rutinas de cuidado facial por sus múltiples beneficios.

¿Te gustaría saber más sobre la esponja Konjac y por qué es tan buena para tu piel? Sigue leyendo porque nos hemos propuesto explicarte todo lo que necesitas saber.

¿De dónde surge la esponja konjac?

Tal y como te avanzábamos al principio de este artículo, el Konjac es una planta milenaria asiática con 1.500 años de uso no solo en el cuidado de la piel, sino también en la medicina y en la propia cocina. No en vano, el konjac es un alimento tradicional japonés que está de plena actualidad en nuestro país porque es muy saludable. Así que también nos hemos apuntado a esos platos japoneses en los que esta planta rica en fibras y muy poco calórica brilla con luz propia. Quizás te la hayas topado casualmente en alguna tienda especializada pues se vende preparada en forma de pasta que posteriormente se corta en tiras.

Pero al margen de su popularidad como producto alimenticio, las fibras de la raíz de esta planta se emplean para elaborar esponjas que se han revelado como un arma muy poderosa para la limpieza facial.

Beneficios de la esponja konjac en la piel

  • Limpia sin dañar y, por este motivo, se granjeó fama para el cuidado de la piel de los bebés.
  • Exfolia suavemente, ayuda a cerrar los poros y combatir el acné.
  • Estimular la circulación sanguínea.
  • Regenera de manera natural las células de la piel.
  • Efecto calmante de la piel.

Tipos de esponja konjac

No creas que existe un solo tipo de esponja konjac, pues el mercado nos ofrece un sinfín de variantes que se adaptan a las necesidades de cada piel. De esta manera, podemos hablar de las siguientes opciones que responden a problemas concretos. ¡Busca la tuya!

  • Blanca (Konjac puro) que resulta adecuada para todo tipo de pieles y que pueden, por lo tanto, utilizar todos los miembros de la familia.
  • Negra (carbón de bambú) que es la más acertada para las pieles grasas con tendencia al acné y con presencia de manchas.
  • Verde (con arcilla verde francesa) y que no puede faltar en el ritual de cuidado de las pieles mixtas pues cierra los poros y tonifica el cutis.
  • Roja (arcilla roja francesa) cuyo color se explica por la gran presencia de óxido de hierro que estimula la circulación sanguínea. Las pieles maduras se beneficiarán de de ella pues ilumina el rostro y reduce las arrugas.
  • Rosa (arcilla rosa francesa) que ayuda a dejar la piel con aspecto descansada y le aporta vitalidad.

Cómo usar la esponja

Hoy en día es muy fácil encontrarla en cualquier tienda pues –como decíamos– la hemos acogido con los brazos abiertos. Pero es cierto que es un producto novedoso para nosotros que requiere que nos familiaricemos con su modo de empleo.

Ante todo, conviene que sepas que no necesita de nada más que agua para realizar una limpieza facial de primera. La puedes emplear tanto por la mañana como por la noche antes de la aplicación de tu crema y con independencia del tipo de piel que tengas. Verás que arrastra con eficacia cualquier resto de maquillaje o las impurezas depositadas en ella a lo largo del día.

En cualquier caso, te explicamos paso a paso todo el proceso para que no te despistes:

  • Úsala siempre húmeda. Así que emplea agua templada y escúrrela si crees que te ha quedado demasiado empapada.
  • La esponja konjac es eficaz simplemente con agua, pero nada impide que refuerces su eficacia con un poco de producto limpiador. De hecho, algunos expertos en dermatología recomiendan combinarla con una crema adecuada ya que por sí sola no limpia en profundidad. En NIVEA tienes a tu disposición el gel limpiador refrescante que te ayudará a eliminar aún mejor cualquier resto de suciedad en la piel gracias a su fórmula, enriquecida con Vitamina E & Hydra IQ.
  • Una vez que hayas empapado en agua tu esponja y aplicado una pequeña porción de este gel limpiador, empieza a deslizarla por tu rostro trazando movimientos circulares.
  • Cuando termines, recuerda lavarla con agua y escurrirla. Déjala secar correctamente en un sitio que permita que se airee. Es posible que necesites desinfectarla para eliminar las bacterias. Puedes hervirla en agua sin temor a que se estropee. De esta manera quedará perfectamente esterilizada y lista para más asaltos de limpieza cutánea. Si la cuidas bien, lo habitual es que no tengas que reponerla hasta pasados dos o tres meses. Pasado este tiempo es probable que empieces a advertir que las fibras están estropeadas, que se resquebrajan y que ya no cumplen bien con su cometido.

Sin duda, si estás pensando dar una vuelta de tuerca al momento de la limpieza de tu piel y quieres pasarte a un producto avalado por generaciones de mujeres satisfechas dueñas de cutis envidiables, la esponja konjac puede ser lo que andabas buscando.