Las primeras suelen estar relacionadas con el ritmo circadiano, que es el ciclo interno de 24 horas que sigue el cuerpo en respuesta a su entorno. Esto puede provocar picores en la piel por la noche, ya que tanto el flujo sanguíneo como la temperatura corporal aumentan.
De acuerdo con el ritmo circadiano, el cuerpo libera ciertas sustancias a lo largo del día de forma desigual. Por la noche, libera más citoquinas, que pueden intensificar la inflamación, pero menos hormonas como los corticosteroides, que disminuyen la inflamación.
Las segundas pueden estar relacionadas con distintas condiciones médicas y, por eso, es importante consultar a un médico antes de decidir qué está ocasionando el picor y cómo tratarlo. En las condiciones médicas que pueden estar subyacentes al picor, se incluyen: enfermedades hepáticas/renales, anemia, problemas de tiroides, leucemia, linfomas o, incluso, un disturbio nervioso.
Tu mente puede ser la causa del picor en la piel. Por las noches, la sensación puede intensificarse ya que, durante el día, mantienes tu mente más ocupada y tienes más distracciones, mientras que, por la noche, puedes llegar a obsesionarte con la sensación y empeorarla.
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