Las arrugas son parte del proceso de envejecimiento natural: cuando envejecemos, nuestra piel se vuelve más fina y menos elástica. La reducción de los niveles de colágeno y elastina contribuye a la formación de arrugas con el tiempo.
Hay distintos tipos de arrugas, ya que pueden aparecer en distinas formas y partes de la cara. Algunos de los principales son las arrugas de la frente, las arrugas glabelares, las patas de gallo, las líneas de conejo, las arrugas de los labios y las líneas de marioneta.
Aunque no podemos frenar el envejecimiento ni alterar nuestra genética, sí podemos introducir cambios en nuestro estilo de vida para prevenir la aparición de arrugas y tener un aspecto más joven. Es recomendable utilizar productos antiedad, proteger la piel del sol, dejar el tabaco, llevar una alimentación equilibrada, hidratarse y descansar adecuadamente.
No existe cura definitiva para las arrugas, pero una rutina de belleza antiedad te puede ayudar a hacerlas menos visibles y a tener una piel más joven. Algunos ingredientes beneficiosos para ello son el Q10, el ácido hialurónico o el retinol, entre otros. Pero, en cualquier caso, es importante recordar que las arrugas son solo una marca bonita y natural del paso del tiempo y que no tienes por qué tratarlas si aprendes a aceptarlas y a apreciarlas.
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