5 consejos para reparar una barrera cutánea dañada

La barrera cutánea es la primera línea de defensa frente a irritantes externos, contaminantes y bacterias. Protege la piel manteniendo la hidratación, la suavidad y la elasticidad.

La piel está formada por tres capas principales:

• Epidermis: la capa externa que se puede ver y tocar.
• Dermis: la capa intermedia que da a la piel resistencia y flexibilidad.
• Hipodermis: la capa más profunda que ayuda a regular la temperatura y sostiene las capas superiores.

En la superficie de la epidermis se encuentra el estrato córneo, también conocido como barrera cutánea. Está formada por células muy juntas que se mantienen unidas por aceites naturales, creando una estructura de "ladrillo y mortero" que retiene la humedad y mantiene alejados los agentes irritantes.

Encima, hay una fina película hidrolipídica, una mezcla de aceites naturales, sudor y células muertas. Esta capa ayuda a la piel a mantenerse suave, hidratada y protegida, al tiempo que favorece el microbioma cutáneo, un grupo de bacterias buenas que ayudan a defenderse de las dañinas.

La piel se renueva de forma natural cada dos o cuatro semanas, manteniendo la barrera fuerte y sana.

Utilizar limpiadores o exfoliantes con ingredientes activos o fragancias fuertes con demasiada frecuencia puede resecar la piel, dejándola tirante, irritada y vulnerable. Para proteger la barrera cutánea, límpiala suavemente dos veces al día, por la mañana y por la noche, y exfóliala no más de 2 o 3 veces por semana. Sigue siempre las instrucciones del producto y mantén la piel hidratada.

Las temperaturas extremas, la contaminación y los rayos UV pueden dañar las células cutáneas y los lípidos, dificultando que la piel retenga la humedad y se defienda. Proteger la piel a diario y reforzar sus defensas naturales puede ayudar a fortalecer la barrera cutánea.

Algunas afecciones cutáneas pueden requerir tratamientos que en ocasiones pueden provocar sequedad o picor, lo que contribuye a dañar la barrera cutánea. Consulta a un profesional sanitario para que te aconseje sobre cómo controlar estos efectos de forma segura.

Una dieta rica en azúcar, sal y grasas poco saludables, junto con el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol, pueden provocar inflamación, estrés oxidativo y deficiencias nutricionales, todo lo cual puede contribuir a debilitar la barrera cutánea.

A medida que envejecemos, la barrera hidrolipídica se hace más fina de forma natural y la piel produce menos aceites y lípidos. Esto puede provocar sequedad, aspereza y sensibilidad que dificultan que la piel retenga la humedad y mantenga su elasticidad.

Utiliza hidratantes y sérums que contengan ingredientes como ceramidas o ácido hialurónico. Ayudan a formar una película hidratante en la superficie de la piel, la nutren, refuerzan su firmeza y favorecen el proceso de reparación natural de la barrera cutánea

Evita el uso diario de exfoliantes fuertes, sobre todo si tienes la piel frágil, ya que una exfoliación excesiva puede eliminar los aceites naturales y alterar la función de barrera de la piel.

Limita el uso de productos de cuidado de la piel con alcohol, fragancias fuertes u otros ingredientes potencialmente irritantes, sobre todo si tienes la piel sensible. Las fórmulas suaves ayudan a favorecer el proceso de regeneración de la barrera cutánea sin causar más estrés.

Una dieta equilibrada rica en vitaminas, antioxidantes y grasas saludables puede ayudar a reforzar la barrera cutánea y favorecer la resistencia de la piel con el paso del tiempo.

La protección solar diaria protege la barrera natural de la piel frente a los rayos UV y el estrés medioambiental. El uso diario de protección SPF ayuda a proteger la barrera cutánea, lo que contribuye a mantener la piel hidratada

La limpieza es el primer paso esencial para mantener una barrera cutánea sana. Elimina las impurezas, el exceso de grasa y los restos de maquillaje acumulados en la piel. Un enfoque suave ayuda a mantener la película hidrolipídica, dejando la piel suave, hidratada y equilibrada. 

Si utilizas un limpiador con aclarado, aplica una pequeña cantidad sobre la piel húmeda, masajea con suaves movimientos circulares y aclara con abundante agua tibia. Termina secando la piel con una toalla suave, sin frotar.  Para el agua micelar, basta con empapar un disco de algodón y pasarlo por el rostro, sin necesidad de aclarado. 
 
Los limpiadores faciales NIVEA están especialmente formulados para limpiar sin resecar en exceso y ayudan a tu piel a mantenerse nutrida y confortable. No importa si prefieres un gel refrescante, una leche limpiadora o un agua micelar hidratante, hay un limpiador para cada tipo de piel.

Una vez que la piel del rostro se ha limpiado con suavidad, el siguiente paso es reforzar la barrera cutánea con un sérum específico. Conviene aplicar el sérum facial antes de la crema hidratante, mientras la piel aún está húmeda tras la limpieza, para facilitar su absorción. 
 
Para aplicarlo sobre la piel, utiliza de 2 a 3 gotas de suero facial y aplícalo con suaves golpecitos sobre el rostro y el cuello. Intenta aplicar el sérum con suaves golpecitos en lugar de frotarlo, para maximizar su absorción. 
A continuación, deja que se absorba por completo durante uno o dos minutos antes de aplicar una crema hidratante facial nutritiva. 

Los sérums de NIVEA son ligeros pero potentes y están diseñados para cubrir necesidades específicas de la piel, como la hidratación, la luminosidad o el apoyo a la barrera. Con ingredientes activos concentrados en fórmulas de rápida absorción, proporcionan resultados visibles al tiempo que cuidan el equilibrio natural de la piel.

Aunque el rostro necesita cuidados específicos, es igual de importante proteger la barrera cutánea del cuerpo. La hidratación diaria ayuda a reponer la hidratación perdida, reforzar la capa protectora natural y mantener la piel confortable y resistente durante todo el día. 

NIVEA Repara y Cuida Crema 15% Glicerina y Urea está diseñada para la piel extremadamente seca y áspera de la cara, el cuerpo y las manos. Alivia instantáneamente las molestias y ayuda a reparar los signos visibles de sequedad. Su fórmula con urea, un potente agente hidratante, ayuda a prevenir la pérdida de humedad y mantiene la piel hidratada hasta 72 horas*. Desde el primer uso, esta crema rica y suave empieza a reforzar la barrera cutánea para conseguir una piel suave y elástica y un brillo saludable y duradero. 

*Prueba instrumental, 34 voluntarios

La protección solar diaria es importante para ayudar a mantener una barrera cutánea fuerte. Los rayos UV pueden debilitar la barrera cutánea, provocar sequedad y sensibilidad, y causar daños a largo plazo, incluido el envejecimiento prematuro. Aplicar SPF cada mañana ayuda a defender la piel de estos efectos, al tiempo que favorece su resistencia natural. 

La gama de protección solar de NIVEA ofrece una defensa de amplio espectro frente a los rayos UVA y UVB, al tiempo que cuida tu piel con una hidratación añadida. Tanto si prefieres un protector solar facial ligero que se adapte cómodamente al maquillaje, una fórmula con color para un brillo natural o una crema intensamente hidratante para un cuidado extra, hay un producto que se adapta a tu rutina.  

Todas las fórmulas están dermatológicamente probadas, se absorben rápidamente y están diseñadas para ofrecer comodidad a diario, por lo que la protección nunca resulta pesada ni pegajosa. Utilizar un protector solar que te guste aplicar hace que sea más fácil mantener la protección diaria, que es clave para mantener una barrera cutánea sana a lo largo del tiempo