¿Qué es la xerosis cutánea?

¿Qué es la xerosis cutánea?

XERO viene del griego que significa seco. La xerosis cutánea es un problema crónico de la piel, en concreto de las capas más superficiales de la epidermis, causado por la pérdida de agua de la piel de forma que se vuelve áspera, descamada y a veces con síntomas como picor, tirantez y escozor. Normalmente la epidermis presenta un 10-15% de su peso en agua. Si este umbral disminuye aparecen los síntomas. En este sentido la xerosis puede estar provocada por la falta sustancias que fijen agua en la piel (factor hidratante natural) o por alteración en los lípidos que forman la barrera cutánea. Esto es importante a la hora de enfocar el manejo y el tratamiento de este problema

Seguramente has experimentado un caso de xerosis cutánea, aunque no has sido consciente de ello. Así, en un momento concreto has observado que tu piel se encontraba especialmente seca, con picores y evidentes molestias. ¿Te suena una situación así? Pues a estos síntomas se les denomina médicamente ‘xerosis cutánea’. ¿Quieres saber más acerca de ella? ¡Sigue leyendo!

Por otro lado, es cierto que la xerosis cutánea excede a un mero caso de piel seca y va, por lo tanto, más allá. Te proporcionamos las claves para ser capaz de reconocerla y actuar en consecuencia.

Síntomas y causas de la xerosis cutánea

Este problema se distingue por los siguientes rasgos:

Fragilidad.

Aspecto apagado y áspera al tacto.

Descamación.

Arrugas más visibles y pronunciadas.

Más vulnerable a las infecciones y a los eczemas.

La xerosis es más frecuente en las mujeres, especialmente en la piel de los brazos, las piernas o los talones. También se asocia con ciertos hábitos como el tabaquismo, el alcohol, la ingesta de ciertos medicamentos y enfermedades crónicas como la diabetes, asma o el hipotiroidismo entre otras, pueden crear el caldo de cultivo perfecto para acabar desarrollando este problema en la piel. La xerosis es también un síntoma acompañante de enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica o la psoriasis.

Tampoco hay que subestimar factores como los excesivos baños y duchas, así como el abuso de jabones o el aire seco propio de interiores caldeados con sistemas de calefacción. No hay que olvidar el aire acondicionado que puede, asimismo, causar esta alteración.

En los últimos años, algunos expertos aseguran que también puede verse favorecida por las circunstancias medioambientales.

Cómo tratarla y cuidarla

Dicho todo esto, toca ponerse manos a la obra: ¿cómo puedes meter en vereda la xerosis cutánea? Sin duda, estos consejos te ayudarán a conseguirlo:

Evita las duchas con agua excesivamente caliente. Ten presente que las altas temperaturas potencian la deshidratación de la piel y, por este motivo, es mejor que optemos por el agua templada; es decir, que ronde los 28 o 30 ºC.

La propia mano es la mejor esponja posible pues ésta es suave y no produce exfoliaciones agresivas.

No abuses de baños y duchas frecuentes.

Hidrata adecuadamente la piel tras el baño. Ya te advertimos que saltarte este paso es un error (y de los grandes). Aprovecha cuando la piel esté húmeda para que la hidratación sea más eficaz.

Emplea productos específicos para su cuidado que se esmeran por la recuperación de esta barrera protectora. En este sentido, cuentas con la ayuda de NIVEA Repara & Cuida Body Loción, una crema que reconforta la piel seca y áspera y calma instantáneamente las zonas irritadas tras una sola aplicación. Benefíciate del Serum de Hidratación Profunda que proporciona una hidratación profunda en la piel, dado que retiene el agua en su interior durante 72 horas, y la crema de NIVEA Repara & Cuida que contiene urea, un agente captador de agua que forma parte del llamado factor hidratante natural de la epidermis.

No olvides los pies y los talones. Por lo tanto, sé especialmente meticulosa con esta parte de tu cuerpo tan propensa a padecer xerosis cutánea.

Tu vestuario debe adaptarse a esta circunstancia, así que procura vestir prendas de fibras naturales (como el algodón, la seda o el lino) y evita, asimismo, que resulten demasiado ceñidas.

Apuesta por una dieta rica en frutas y verduras. Recuerda, además, que el sodio se deshidrata y es conveniente –por lo tanto– reducir el consumo de sal.

No abuses de la calefacción y el aire acondicionado que favorecen la sequedad ambiental y que puede repercutir, en definitiva, en una falta de hidratación para tu piel.

Son poco aconsejables las lociones, perfumes o colonias dado que suelen contener alcohol.

Una adecuada protección solar servirá para proteger tu piel y no exponerla al efecto ‘secante’ del sol.

Consejos para prevenir la xerosis

Lo cierto es que con la edad se incrementan las posibilidades de acabar presentando xerosis cutánea, pero con estos consejos lograrás aliviar sus efectos.

Por último, procura no bajar la guardia durante el verano, sobre todo si frecuentas piscinas tratadas con cloro pues pueden fomentar este problema en la piel.

Sin duda, invertir unos minutos diarios tras cada baño servirá para poner a salvo tu piel de la xerosis cutánea. Y si los síntomas persisten, aumentar la frecuencia de aplicación de la crema hidratante 2 o más veces al día.

Además, según la Academia Española de Dermatología y Venereología, la alimentación también resulta determinante para la prevención de este problema. Así, una dieta variada y rica en frutas y verduras con alto contenido en vitaminas A, B, C, D proporciona los minerales y vitaminas que precisa una piel sana.

Desterrar hábitos como el consumo de alcohol también será de gran ayuda para combatir la xerosis.

En cualquier caso, si observaras que esta no remite o se agrava, sería recomendable que pidieras cita con un dermatólogo para que estudiara tu caso.

Fuentes consultadas:

 

 

 

 

dermatologa

Contenido validado por

Dra. María Agustina Segurado

Especialista en Dermatología

NIVEA