¿Sabías que tu piel supone casi un 16 % de tu peso total? La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Se encarga de regular la temperatura corporal y de almacenar energía, pero, por encima de todo, tiene una importante función protectora. La luz solar, el tabaco, el alcohol y el estrés favorecen la formación de radicales libres, nocivos para nuestra piel.
El calor, el frío, la humedad y las toxinas ambientales también afectan directamente a nuestra piel y, por consiguiente, a nuestra salud. Si bien es cierto, el estado de nuestra piel está determinado por factores internos como la predisposición genética o el proceso de envejecimiento natural. No podemos protegerla completamente de todo, pero con los cuidados adecuados podemos reforzarla en sus funciones y conseguir que mantenga su belleza.
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